ME MUDO A PERÚ. PRIMERAS IMPRESIONES DE TRUJILLO.

Aterrizar y llegar por primera vez a un país de otro continente diferente al propio, siempre resulta una experiencia conmovedora. Mi primera vez en América. La expectación por lo que estaba por llegar y la ilusión por descubrir nuevas tierras eran evidentes.

PERÚ. 
Latino AMÉRICA sur.
Se promete embaucadora,
soñadora,
LIBRE,
SALVAJE,
única.


Después de una larga escala de 12 horas en Lima, con algunos cafés y nuestro primer tamal, llegamos a la ciudad de Trujillo en el norte de Perú. Es una de las ciudades más grandes y pobladas del país.


Salimos a la calle para ponernos rumbo al centro. Los taxistas nos abrumaron, y una persona, que también llegaba, intentó hacernos el lió para que fuéramos los 3 en taxi al centro, y las maletas en otro taxi (porque supuestamente no entraban en el mismo). WTF! Relajé mi hostilidad y nos fuimos, mi amiga y yo, en un taxi individual.

Para llegar al centro de Trujillo desde el aeropuerto hay dos rutas principales dependiendo de la zona de la ciudad a la que te dirijas. Cuando salimos de las inmediaciones del aeropuerto, la rotonda que te encuentras tiene varias salidas. Todos los demás taxis, que también salían con otros pasajeros que llegaban a Trujillo, cogieron una dirección, y nuestro taxi, tomó otra. Me mantuve expectante puesto que ignoraba esa ruta en ese momento. El taxista se dedicó a preguntarnos cosas durante el camino. Como que qué hacíamos allí, si conocíamos a alguien, si habíamos estado antes...

La ruta por la que íbamos bordeaba la costa pacifica y las vistas desde la ventanilla del taxi eran realmente impresionantes. Casi estaba atardeciendo. Pasaron así varios kilómetros. Después comenzamos a entrar en la ciudad. La inmensa avenida de Victor Larco nos recibió. En la radio del taxi sonaba Bob Marley. No recuerdo la canción, sí la sonrisa que esboce mientras observaba mi nueva ciudad. Todo era diferente, llamativo, extraño. Los olores, los sabores, hasta la brisa que entraba ligeramente por la ventanilla semi abierta del taxi.


No sabría describir con palabras la primera toma de contacto con la ciudad de Trujillo. Siendo directa diré que la primera impresión fue "decepcionante", a pesar de que sabia como podría ser la ciudad, el país... (había buscado muchísima info. antes de venir), la primera toma de contacto visual con la ciudad es muy diferente a la teoría. 

A priori, la ciudad físicamente o estéticamente deja mucho que desear. Edificios bajos y viejos, calles polvorientas y mal asfaltadas, tráfico agotador, caótico, ruidoso y desordenado. Tus ojos europeos y civilizados solo perciben el caos, aunque a medida que pasan los días, inesperadamente te adaptas, y lo que un día te parecía rarísimo al día siguiente pasó a formar parte de tu día a día trujillano. Avanzaré que con los días, las cosas solo hicieron que mejorar!! Solo tienes que adaptarte al lugar y su forma de vivir. A mi resultó muy fácil y rápido. En 3 días te puedes adaptar a la perfección al ritmo frenético de vida en la cuidad, al tráfico, a los cláxones sonando a cada paso que das, a la gente y a los puestos de cualquier tipo de alimentos en plena calle! Trujillo es una ciudad con mucha vida. 



Finalmente llegamos al hotel que habíamos reservado y bajamos a comprar algo de comida y bebida a una tienda familiar cercana al alojamiento. Conocimos a Melvin, dueño de este lugar, y en aquel momento no lo sabíamos pero, se convertiría en parte de nuestra gran familia peruana. El día terminaba.

"Si abres los ojos y la mente podrás llegar a descubrir cosas realmente maravillosas". 

VIVIMOS en la ciudad de TRUJILLO, Perú. AQUÍ

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