BUDAPEST; DÍA 2 NIEVA! Mercado Central + PARLAMENTO + paseo por Andrassy street + Plaza de los Héroes.

Viernes, 22 de Febrero de 2013.

Amanecimos a las 8 de la mañana, queríamos aprovechar el día, y además habíamos quedado con George para trasladarnos de apartamento. Nuestra sorpresa al despertarnos fue encontrarnos la ciudad completa, pero completamente nevada. Pensamos que sería un día duro visitar la con tanta nieve, de hecho lo fue, pero nunca una nevada así fue tan gratificante. Supimos apreciar a la perfección el paisaje que aquella ciudad nos estaba regalando este día.


Llegaron las 9 y George no llegaba. Cuando casi eran las 10 sonó el timbre. Se disculpó por la tardanza. Nos abrigamos, cogimos las maletas y nos fuimos. El apartamento al que nos trasladábamos estaba muy cerca. Estaba ubicado en la plaza a la que llegamos por primera vez el día anterior, y en la que habíamos esperado a George. Subimos. El apartamento no era tan grande como el otro pero seguía encantándonos. Además George era muy majo con nosotras y muy amable, y eso que casi ni nos entendía lo que le decíamos. Dejamos nuestras cosas y nos fuimos. 

Comenzaba el día. Empezamos a caminar por la ciudad nevada mientras seguían cayendo copos de nieve del cielo. El Mercado Central estaba al lado de nuestro Hostel y fue lo primero que decidimos visitar. 


El Mercado Central es bastante grande y tiene dos plantas. En la planta de abajo hay puestos de frutas, verduras, condimentos típicos del país, como el paprika, carne, legumbres, pan o pasteles. Es la planta más frecuentada por los lugareños y estaba llena de gente que hacia su compra diaria. En la de arriba hay tiendas donde comprar los suvenires de la ciudad y puestos de comida típica. Esta planta es la más frecuentada por los turistas. Así se mezclan en este magnifico mercado de la ciudad, turistas con locales. Perfecta mezcla.






La gente de Budapest es muy amable, muy tranquila y muy silenciosa. Es impresionante la paz que reina por las calles o en el metro a pesar de ser una ciudad de casi 2 millones de habitantes. 

Después de dar una vuelta por el Mercado Central y tomarnos un café calentito, continuamos. Habíamos pensado hacer muchas cosas aquella mañana pero nos lo estábamos tomando con mucha calma. De nuevo salimos al paisaje completamente cubierto de nieve. Además no solo estaba cubierto sino que seguía nevando con mucha intensidad. 

El Mercado Central esta justo al lado del Danubio y junto al Puente de la Libertad (Szabadság-híd), puente verde precioso. Es de los más bonitos para mi gusto, junto con el famoso y emblemático Puente de las Cadenas. 




Continuamos caminando a orillas del Danubio, disfrutando de las magnificas vistas de Buda desde el lado por el que caminábamos, Pest. Budapest surgió de la unión de dos ciudades distintas Buda y Pest, situadas a ambos lados del Danubio. Su unión tuvo lugar en 1873. 

Buda es la histórica capital húngara. Su terreno, lleno de colinas y bosques, está dominado por el espectacular Castillo de Buda, con más de siete siglos de antigüedad.

Pest es donde se concentra la mayor parte de la población y de la vida urbana. Se conectó con Buda gracias a la construcción del magnífico puente de Széchenyi (conocido como “Puente de las Cadenas”), un acto con el que pocos años después ambas ciudades se fusionaron. Por todo esto a Budapest se la conoce como la ciudad de las dos almas. 

A orillas del río nos encontramos la famosa estatua del Duende. Su nombre es “La Princesita de Budapest” (Kiskiralylany) pero es más conocida por el sobrenombre de: “El Duende de Budapest”. Se dice que representa el comienzo una nueva vida, de una nueva etapa. 















Continuamos caminando y llegamos al Puente de las Cadenas. Justo debajo, prácticamente a pie de río avistamos una extensión de nieve intacta, sin una pisada. Ni lo pensamos dos veces... corrimos hacia allíiii. Las vistas desde allí eran preciosas, el Puente de las Cadenas junto con el Castillo de Buda al otro lado del río. 



El Puente de las Cadenas (puente Széchenyi) de Budapest es el más antiguo de los puentes que unen las dos ciudades Buda y Pest. Por ello es el más importante, porque fue el primero en construirse y con el que surgió posteriormente la unión de ambas ciudades. 


Más adelante nos encontramos con "el Monumento de los Zapatos". Es un monumento a las víctimas del holocausto judío. Son 70 pares de botas y zapatos de hierro, de mujeres, hombres y niños en homenaje a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial que eran asesinadas y lanzadas al Danubio sólo por el hecho de ser judíos. 

Se dice que se les quitaban sus zapatos antes de ser asesinados porque era lo más importante que tenían. Sin duda un monumento precioso a la vez que conmovedor. No pudimos apreciarlos bien porque estaban cubiertos de nieve, aun así es fascinante con tan solo conocer la historia. 




Después del largo e intenso, pero precioso paseo por la orilla del Danubio nos centramos en lo más importante del día, visitar el Parlamento. Habíamos leído que era muy difícil entrar, que las colas eran inmensas, que había que contratar visita guiada…y miles de complicaciones. Pero resultó ser más sencillo que todo eso, como siempre. Eso y la época de año (febrero), hizo que llegáramos y que apenas hubiera en la cola diez personas. Que ese día nevara como si mañana se acabara el mundo me imagino que también tuvo algo que ver. Pasados unos quince o veinte minutos con los pies empapados y heladas de frío, fue nuestro turno. 

Entramos, elegimos la hora de la visita y compramos el ticket. Hay establecidas unas hora para las visitas dependiendo de los idiomas. Unas tres o cuatro al día por idioma. Eran las 12.45 y justo coincidió que la próxima visita guiada en español era a las 13.15, así que perfecto, porque no tendríamos que esperar prácticamente nada para entrar.

En esa media hora que teníamos, fuimos a tomarnos un café para entrar en calor. Nos pedimos el café para llevar. Llegamos a la cola para entrar y junto con el grupo de españoles pasamos dentro del Parlamento. Por fin volvíamos a estar en un sitio con una temperatura por encima de los 0º grados después de toda la mañana.


El Parlamento es increíble, y no puede ser menos cuando ha sido candidato a maravilla del mundo. Visitamos dos de las muchísimas partes que lo componen, la cúpula y en donde se reúnen los ministros, que es similar al Congreso de los Diputados en España. 


En la entrada hay una maqueta del mismo hecha con cerillas, de alguien que se aburrió mucho, imagino. El interior está en su totalidad decorado con mármol y oro. Los techos son altísimos, y en ellos hay pintados frescos y otras cosas, y todos los alrededores lo forman multitud de vidrieras, que aun que pueden ser muy parecidas, no hay dos iguales en todo el parlamento. La visita duró aprox. 30 minutos. Muy poco en mi opinión.




Después de visitar el Parlamento comenzamos a callejear por la ciudad en dirección al Mercado Central para comer. A nuestro paso nos encontramos otros monumentos y estatuas. Budapest está lleno de cultura. 

También de nuevo vimos la Basílica de San Esteban y como nos dijeron que era gratis decidimos entrar. Gratis del todo no era, porque en la puerta un sacerdote te pedía una donación por entrar, pero no nos importo, así que le echamos unos florines y entramos. 


El florín es la moneda oficial de Hungría. Un euro son aprox. 291 florines. Depende de donde cambies. 

Después de callejear y sin parar de nevar en toda la mañana llegamos de nuevo al Mercado Central. Subimos directamente a la parte de arriba y en uno de los puestos de comida pedimos una especie de torta, según Carlota era masa de churros, a la que le echabas encima lo que quisieras. Yo elegí una salsa húngara roja que llevaba patatas y guisantes, con pollo y champiñones, y Carlota la misma salsa con queso y bacón.

Todas las mesas estaban ocupadas porque había mucha gente comiendo allí a aquellas horas, así que decidimos ir a sentarnos a unas escalerillas que había por allí. Comer aquella torta húngara se me complico demasiado porque todos los ingredientes se caían al suelo y la salsa no paraba de escurrirse por todos lados. En un metro a mi alrededor, solo había guisantes por el suelo en aquel momento, bueno, también estaba Carlota, comiendo más tranquila que yo aquella comida tan rara. Cuando terminamos nos tomamos otro café y nos fuimos al Hostel a secarnos un poquito tras la mañana cubiertas de nieve. 

La mañana fue muy bien a pesar de que no dejo de nevar en ningún momento, pero que creo que eso la hizo realmente especial, y mereció y superó con creces el frio que pasamos porque a pesar de todo la disfrutamos un montón. 

Después de descansar un poquito en el Hostel, decidimos emplear la tarde en visitar la Sinagoga y la calle más famosa de Budapest, la calle Andrassy. 

Nuestra sorpresa fue ver que la Sinagoga estaba cerrada, así que tuvimos que dejarla para otro día. Así pues, nos fuimos directamente a Andrassy. En todo esto se hizo de noche. A partir de las cinco de la tarde comenzaba a hacerse de noche. 

Caminamos y antes de llegar a Andrassy encontramos una pizzería de estas que venden porciones. En este caso una porción costaba 200 florines unos 70 céntimos, así que no se nos ocurrió mejor merienda que aquella. 

Llegamos a Andrassy. Esta calle es famosa porque en ella se encuentran situadas todas las tiendas de las grandes firmas de ropa y también en ella está la opera, edificio distinguido en la cuidad. Además al final de esta calle se encuentra la importantísima Plaza de Los Héroes. Comenzamos a caminar. Sabíamos que la calle era larga pero no nos imaginamos hasta que punto. Había dejado ya de nevar pero las calles estaban cubiertas de nieve y de charcos en los que Carlota no dejaba de meter los pies. :) 

Bastante cansadas de caminar entre nieve y charcos, no hacía más que preguntarme cuantos kilómetros tendría aquella calle. Pues bien, tiene 2.5km. 

Nos juramos que sería la última vez que haríamos esa calle a pie, cosa que no fue en absoluto así, porque no sé cómo, siempre acabábamos en Andrassy. 

Por fin llegamos al final, y allí estaba: La espectacular Plaza de los Héroes. Después de fotografiarla volvimos a nuestro barrio, por supuestísimo, en metro. 



Antes de ir al Hostel volvimos al supermercado a comprar lo ya habitual, desayuno y cerveza. Después pasamos por un chino a coger algo de comida para cenar en el Hostel esa noche. En general la comida y la bebida son muy baratas en todo Budapest. Diría que por menos de 6 euros puedes comer en cualquier sitio. La cena en el Restaurante Chino, unos 3 euros cada una. Muy barato. 

Con todo nos fuimos al Hostel. Cenamos y nos relajamos tomándonos aquellas cervezas de medio litro que eran imposibles de beber. Acomodadas al máximo en aquel Hostel en el que verdaderamente nos sentimos como en casa desde que llegamos, nos fuimos a dormir, dejando nuestra "huella" en aquellas 4 paredes que nos estaban acogiendo en nuestros días en la ciudad.

“AQUEL VIAJE QUE NO HA DEJADO HUELLA EN TU CORAZÓN, JAMAS FUE UN VIAJE”

"LAS CIUDADES SON LOS LIBROS QUE LEEN CON SUS PIES"

“NO VIAJAMOS POR VIAJAR, SINO POR HABER VIAJADO”

“TODO GRAN VIAJE COMIENZA CON UN PEQUEÑO PASO”

-Budapest.2013, Carlota y Cristina-


Día 3 en Budapest. Aquí

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