BULGARIA; CAPÍTULO 22: Sofía XVI. SEMANA DE DESPEDIDAS.

Comenzaba la última semana en Sofía. Semana de despedidas. Fue una semana melancólica, todo aquello se estaba acabando, aunque desgraciadamente no para todos fue así. Mientras unas nos negábamos a hacer la maleta hasta el día antes de marchar, Bea la preparó durante toda la semana con entusiasmo.
Yo no quería, me negaba porque hacer la maleta suponía que era real y que nos teníamos que ir, que aquello se había acabado y no quería hacerme a la idea hasta que fuera extremadamente necesariamente.
El martes Pablo terminaba su visita en Sofía, así que por la tarde cogió de nuevo el vuelo para España. Yo que tenia la tarde libre acompañe a Marina al aeropuerto a despedirle. Después, nos reunimos con Miguel y Yaiza en el centro cuando salieron de trabajar. Aquel día Marina no había ido a trabajar fingiendo que estaba mala porque quería pasar el mayor tiempo posible con Pablo antes de que este se fuera.
Nos reunimos con ellos cuando Pablo se fue. También se reunió con nosotros Salsa Boy, porque habíamos quedado en ir a tomar algo juntos y en ir a fumar una pipa a un bar que estaba al lado de la Academia, El Planet.


El bar era muy chic, con una decoración muy sofisticada. Entramos y nos sentamos en una barra alrededor de una columna con espejo. Aquel no era el mejor sitio del bar, pero estaba prácticamente lleno así que no había otro sitio mejor disponible.
Pedimos un pipa de manzana y algo para beber, y allí pasamos un rato entretenido y agradable. La pipa creo recordar que nos costó unas 40 levas. Muy cara.
Después nos fuimos todos juntos para casa, porque era la última semana e intentábamos estar todos juntos el mayor tiempo posible. Compramos algo para cenar y beber en el ProMarket que había en nuestra calle, supermercado al que íbamos a diario.

Recuerdo que aquel día hacia muy buen tiempo. Cuando llegamos a casa, aún el caluroso sol entraba por la terraza. Pusimos música. Nos preparamos unos cócteles con zumos de frutas de cereza y plátano que habíamos comprado y preparamos algo para cenar, imagino que tortilla.
Los demás días de la semana fueron del mismo estilo, quedábamos para tomar algo en el bar del billar o para cenar. Nos gustaba pasar tiempo juntos.

También pasamos por última vez por Bulgaria Gateway para arreglar los últimos papeles de las prácticas que estábamos cursando y para despedirnos de las que habían sido nuestras tutoras en Sofía durante aquellos dos meses, las cuales nos ayudaron y asesoraron en todo lo que necesitamos durante toda nuestra estancia allí. :)
El jueves fue mi penúltimo día en la Academia, pero el último con uno de mis alumnos, Atahac. Él era un alumno particular, con el tenia clase cada semana por las mañanas.
Para esa última clase había preparado algo especial. Normalmente las clases, como cualquier clase, se desarrollaban en el aula. Para ese último día decidí dar la clase por la ciudad.
El sería en este caso el profesor y su tarea consistiría en hacer de guía para mí aquella mañana. Esta idea de hacer una última clase especial por la ciudad con él se le ocurrió a Yaiza. Fue una gran idea.
Así pues esa mañana recorrimos la cuidad visitando todos los monumentos importantes de la misma. La mañana era soleada y nos la pasamos paseando por la calles de Sofia. Preciosa ciudad.
El tenía la tarea de explicarme cada uno de los monumentos o edificios, o contarme anécdotas y cosas que supiese a cerca de ellos en español. Así pues el planificó la ruta y buscó información para contarme aquella mañana.
Fue una de las mejores clases, lo pasamos muy bien. Me gusto mucho porque me sirvió para recorrer por última vez toda la ciudad, visitar por última vez algunos monumentos que ya conocía, y conocer algunos que a aquellas alturas aun no había descubierto o visitado, como por ejemplo en NDK.


Después de visitar el NDK que fue lo último que vimos, me acompañó a la parada del autobús y nos despedimos probablemente para siempre. Fue una pena que se me olvidase llevar la cámara de fotos aquella mañana, porque así tendría un mejor recuerdo aun de ese día.

Aun así conservo una carta reciproca que nos escribimos a modo de despedida contándonos anécdotas de clase y lo que había supuesto para nosotros aquella experiencia profe-alumno, a pesar de que los dos teníamos prácticamente la misma edad. :)

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